viernes, 28 de mayo de 2010

LAS BUENAS OBRAS QUE SE DEBEN IMITAR.

Un domingo de cada mes, en el comedor MI REFUGIO, Adrián junto a su familia y compañeros de trabajo, se organizan para preparar el almuerzo a casi un total de 50 vecinos, entre niños y adultos.
El encuentro casual con Angelito Torres y advertir que en el barrio funcionaba un comedor infantil, fue el detonante para que surja la propuesta de brindar su colaboración y su esfuerzo.
Cabe destacar este gesto de solidaridad y dedicación, y a la vez el compromiso para con sus semejantes por parte de Adrián y su gente, que a pesar de no vivir en el barrio, nos está dando un ejemplo que vale la pena imitar, sobretodo aquello que sí, vivimos acá.

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