viernes, 28 de mayo de 2010

F.A... "EL BARRIO TIENE MALA FAMA POR LA PRENSA"


Tienen menos de 30 años y viven en los monoblockes de Ciudadela. Con inusual crudeza describen la vida cotidiana y el estigma de nacer y crecer en una zona “peligrosa”. Son viejos compañeros de potrero de Carlos Tevéz. Hip hop, gatillo fácil, y crítica social. Éxito y marginalidad. Una nueva generación de raperos argentinos comienza a asomar desde lo profundo del conurbano bonaerense. El emergente más claro de este fenómeno es Fuerte Apache, un grupo que apuesta a lo directo. En sus letras desfila todo el imaginario callejero y también tumbero. Sin apologías ni maquillaje, cuentan lo que ven a su alrededor. Rapean canciones que hablan de tiroteos, violencia y muerte; de amigos caídos y policías aborrecibles. Expresan con lucidez y sin prejuicios la vivencia de millones de jóvenes que se sienten marginados de esta sociedad. Orgullosamente nacidos y criados en “el barrio más peligroso del oeste”, los integrantes de este conjunto de hip hop vienen pisando fuerte. La cultura contestataria nacida en los guetos negros de los Estados Unidos fue diseminándose por el mundo y llegó también al Complejo Habitacional Ejército de los Andes, barrio rebautizado como Fuerte Apache por el legendario José de Zer. “Describimos una realidad social en las letras. No es un fenómeno que ocurre solamente en la Argentina, es a nivel latinoamericano y mundial. Lo que pasa en las calles de Fuerte Apache pasa en todos lados.” El que habla es Esteban Rodríguez (de 28 años), precursor de las canciones habladas y las bases repiqueteantes en los monoblocks de Ciudadela. Junto a sus compañeros Massi, Patu y Piky, acaban de lanzar su primer disco “oficial”, Estilo Monoblockero, 45 minutos de pura realidad marginal.

– ¿Cómo es el “estilo monoblockero”?
– Es un modo de vida, una forma de ver las cosas, la manera de sobrevivir que tiene la gente de los barrios bajos. Es tratar de ser feliz y de salir adelante con las posibilidades que vos mismo te generás.

– ¿Por qué se definen como anti policía?
– Estamos en contra de las cosas malas que hace la policía en el barrio. En el tiempo del “gatillo fácil” hicieron desastres, mataron a muchos pibes. El barrio sufrió demasiado el abuso policial. Por eso la mayoría de los pibes de nuestra generación no quiere a la policía. Y ellos tampoco nos quieren.

– ¿Qué opinan del prejuicio que asocia al barrio con la delincuencia?
– Tratamos de mostrar que con la realidad que vivimos no te queda ese camino solamente, que se puede elegir hacer otra cosa, que es lo que nos pasó a nosotros. Elegimos ser músicos, salir de otra manera. Venimos de un lugar donde no te brindan posibilidades, te las tenés que autogenerar. Mostramos la realidad que sucede todos los días. Intentamos que la gente escuche lo que pasa para que abra la cabeza y trate de entender el problema, que no pasa por encerrar a un pibe a los 14 años o por matarlo y pedir condenas estúpidas. Pasa más por reinsertar y por hacer parte de la sociedad a esos pibes.

– ¿Qué rol juegan los medios en esta imagen que se generó sobre Fuerte Apache?
– El barrio tiene tanta mala fama por culpa de la prensa sensacionalista. Lo único que hacen es poner: “Fuerte Apache, tiroteo, robo”, y en Fuerte Apache también hay mucha gente que va a laburar. Hoy en día, hasta tenés a cuatro pibes que hacemos música, que agarramos las cosas que vivimos y el vocabulario callejero y lo hicimos música. Usamos la jerga de la calle para hacer metáforas, como poesía. Ahora van a poner Fuerte Apache en Internet y se van a encontrar con noticias buenas también. Los raperos están impregnados por la problemática social, no les queda otra. Cuando un gendarme fue asesinado en Fuerte Apache en octubre pasado, algunos medios se engolosinaron al descubrir los temas de los músicos de Ciudadela: una de sus canciones relata la historia de un policía asesinado en el barrio. Y habla del odio que sienten hacia los uniformes. Fue suficiente para que los voceros de la “mano dura” y el “meta bala” se escandalizaran y para que un ignoto abogado presentara una denuncia por apología del delito. “Nadie hace apología. Si tenés la cabeza para estar delante de una cámara hablando todo el día para miles de personas, no podés no entender un tema. Lo que no les gusta a ellos es que cuatro pibes del barrio de donde venimos agarren las riendas para decir las cosas que decimos. No pueden decir que porque escuchen un tema de nosotros los pibes van a salir a matar y a robar, tenés que ser bastante ignorante para pensar eso. Lo único que falta es que nos echen la culpa de las Torres Gemelas”, se enoja Patu (de 25 años). En su adolescencia, fue arquero en el mismo equipo de Carlos Tévez, el oriundo de Fuerte Apache más famoso y rico.

– Tévez dijo que el barrio perdió los códigos.
– ¿Sabés lo qué pasa? Carlitos vivió el tiempo de nosotros, donde capaz que había más código que ahora. Antes era piña, nos cruzamos de vuelta, piña, y así. Ahora es cualquiera, peleás una vez y salís corriendo a tu casa a buscar lo que tengas para defenderte, por eso se espanta. Se deja llevar por lo que dicen los periodistas, él no sabe lo que está pasando realmente, si lo supiera no va a hablar mal.

– Y ustedes buscan contar lo que está pasando en sus canciones…
– Sí, vamos y decimos cómo son las cosas. Las palabras justas. Y los pibes se sienten identificados por eso, porque no estamos dando tantas vueltas.

A Maximiliano “el gordo Massi” Ocampo (26 años) le tocó pasar un tiempo a la sombra. Lleva un Gauchito Gil tatuado en su espalda y – al igual que sus compañeros – no tiene pelos en la lengua.

– ¿Cómo explicarían cuáles son los principales problemas que hay en el barrio?
– No hay trabajo, no hay ayuda humanitaria, no hay ayuda política, no hay ayuda social; hay discriminación, sobran las causas armadas. Ahora que se vienen las elecciones los políticos vienen al barrio. El otro día hubo un acto, estaba lleno de turistas. Scioli, la jermu, hasta Bilardo apareció. Después dicen: “yo me meto en la villa, me meto en el barrio más jodido”. Y no es así. El mismo chabón que estaba ahí paseando por los monoblocks como un turista, es el mismo que quiere meter a todos los menores presos.

– ¿Qué les parece que hay que hacer con los chicos que delinquen?
– Meterlos en una escuela si son menores, si son drogadictos meterlos en un centro asistencial. ¿Me entendés? Si no tienen padre ni madre, meterlos en un hogar. No lo metás preso. Quieren desaparecernos en vez de darnos ayuda. Si a vos no te dan de comer en tu casa, no hay nadie que te ayude ni que te brinde un plato de comida, lamentablemente, ¿qué vas a hacer?, si sos menor, no trabajaste, no tenés un padre, te vas a tener que quedar en la calle a limpiar vidrios o hacer la que venga.

– ¿Y cuál es su mensaje para esos pibes?
– Que sean inteligentes, que se den cuenta de que en la calle hay más que un fierro y una reja donde ir a parar. Que piensen en su familia, en las madres, en los hermanos que van a dejar tirados. Porque uno está embalado en la suya, pero nunca piensa en el que está al lado, en que salís y no sabés si vas a volver. Que sean pillos, que estudien, que se busquen un trabajo, que no se dejen llevar por delante y fue. Que hagan la suya siempre. Que abran los ojos y se fijen que ser “tira tiros”, ser delincuente, está bueno, pero hasta un punto. Te va a llevar a morir o a terminar preso, ¿entendés? Y de última estás beneficiando a un sistema ideado para que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres, cada vez más pobres.

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